El ethos cuida el carácter ético y el modo de ser de una persona en el
ejercicio de la profesión, esto a través
de hábitos profesionales. El ethos permite generar ambientes de trabajo aptos
para un desempeño óptimo y con buenos resultados. Es importante que el individuo desarrolle los dos tipos de
ethos enmarcados como una configuración básica del profesional, los dos tipos;
en primera instancia está el ethos como inclinación natural o disposición dada para
la acción y el ethos como disposición a
la acción, pero no dada naturalmente, sino adquirida que configura mediante la
repetición de actos una determinada capacidad dinámica.
Estas dos
vertientes configuran el ethos profesional importante en el desarrollo de una
persona que se desempeña en el ámbito laboral, el profesional no solo debe
someterse a una valoración de sus
aptitudes, sino de sus actitudes, este último aspecto puede definir diferentes
resultados en el trabajo a realizar. Un punto importante a tener en cuenta
acerca de la actitud es que en muchas ocasiones marca la diferencia entre los
profesionales. Un buen trabajador no solo es el que sabe mucho acerca del área
en el que se desempeña, un buen trabajador
es aquel que aunque se le
presenten obstáculos o no tenga todas
las habilidades laborales suficientes, no deja de presentar resultados
importantes debido a su esfuerzo y su valor agregado.
El ejercicio
profesional es importante para el
desarrollo de la sociedad, si los individuos de una sociedad consideran
importante el área laboral en la que se desempeñan produciendo buenos
resultados debido a que estos hacen parte de sus metas, deseos y gustos, la
sociedad avanza, porque las cosas se hacen bien, en cambio si el incentivo de
un trabajo es la necesidad de una buena remuneración los resultados esperados
no tendrán la misma integridad en ese punto es donde empiezan a generarse
sociedades mediocres y con diversas falencias, ya que esto afecta toda la
estructura de una sociedad.
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